Magnet Ratgeber

El motor magnético: ¿la máquina motriz del futuro?

La idea del motor magnético como máquina accionada únicamente por fuerza magnética no es nueva. De hecho, ya en 1269, el erudito Petrus Peregrinus Maricourt describió cómo una rueda dentada podía accionarse mediante imanes permanentes. Sin embargo, no se sabe nada de una puesta en práctica con éxito. No obstante, la idea dio sus frutos: en el siglo XX, cada vez más manitas y aficionados se ocuparon de la teoría y afirmaron que eran capaces de construir ellos mismos motores magnéticos que funcionaban. Sin embargo, hasta la fecha nadie ha conseguido construir uno. ¿Por qué es tan interesante el principio del motor magnético?

¿Cómo podría funcionar un motor magnético autopropulsado?

La idea de un motor magnético ha mantenido ocupados a los investigadores durante siglos porque representa una especie de máquina de movimiento perpetuo. El motor produciría constantemente energía por sí mismo sin depender de una fuente de energía externa. De este modo, los sistemas de propulsión dejarían de depender de la gasolina, el gasóleo o la electricidad, lo que supondría un avance tecnológico revolucionario, también en lo que respecta a la compatibilidad medioambiental de los motores de los automóviles.

En concreto, un motor magnético constaría de varios imanes permanentes divididos en un estator y un rotor. Mediante una disposición inteligente, los imanes se repelerían y atraerían entre sí de forma que se garantizara una rotación constante. La idea es buena, pero su aplicación es difícil. La razón principal es que no hay energía en los propios imanes. La fuerza en los imanes permanentes imanes permanentes es conservadora, por lo que no se realiza ningún trabajo a lo largo de un ciclo.

Esto hace que el motor deje de moverse al cabo de poco tiempo y vuelva a la posición de equilibrio. Por tanto, un motor magnético que genere energía libre de forma independiente no puede existir según las reglas de la física.

Sin embargo, esto no impide que los entusiastas de la tecnología prueben suerte de todos modos. El caso sensacional más reciente ocurrió en 2006: Un inventor estadounidense llamado Mike Brady comercializó un motor magnético para coches y lo vendió a clientes que pagaban por él. Sin embargo, las maravillas tecnológicas prometidas nunca llegaron a entregarse. Cuatro años después, Brady fue acusado de fraude con agravantes y condenado a cinco años de cárcel. Desde entonces, no se ha vuelto a hablar del motor magnético.

Motores de imanes permanentes: cómo funciona el principio del motor magnético

Sin embargo, hay un tipo de motor magnético en funcionamiento que se ha colado en la vida cotidiana: los motores de imanes permanentes. Los motores de imanes permanentes se utilizan en varios aparatos de la vida cotidiana, por ejemplo, en cepillos de dientes eléctricos.
Sin embargo, a diferencia del inexistente motor magnético que acabamos de describir, que podría utilizarse para generar energía o electricidad, funcionan de forma similar a un motor de corriente alterna: con ayuda del electromagnetismo. Por lo tanto, dependen de una fuente de alimentación como fuente de energía.
El denominado estator contiene imanes permanentes que generan el campo magnético necesario para el accionamiento.
Su ventaja es que este tipo de motor magnético puede fabricarse en una amplia gama de tamaños, perfecto para aplicaciones pequeñas:

  • En limpiaparabrisas
  • En acondicionadores de aire
  • En compresores

En particular, los motores de imanes permanentes se utilizan cuando se requiere una elevada relación potencia-peso en un espacio de instalación limitado.

¿Habrá en algún momento grandes motores magnéticos para el hogar?

En tiempos de subida de los precios de la electricidad, el petróleo y el gas, se impone la búsqueda de fuentes de energía alternativas.
La idea de un sencillo motor magnético que sustituya a la calefacción convencional o funcione como generador de energía es, sin duda, fascinante. De hecho, en Internet se puede encontrar una gran variedad de manuales de construcción que supuestamente permiten construir uno incluso a los profanos.
Aquí un ejemplo:

Construye tu propio motor magnético: Un tutorial

Necesitará: 

  • Un listón cuadrado de madera, de 20 a 30 mm, de unos 5 cm de largo
  • Una tabla de madera de 10 cm de ancho
  • Clavos 
  • Pintura no conductora
  • Pegamento 
  • Papel de lija
  • Alambre de cobre esmaltado
  • Alambre de floristería de 50 cm de grosor
  • 3 ó 4 imanes 
  • 1 m de cable eléctrico (un alma)
  • Varias Herramientas 
  • Una pila 

El primer paso es clavar un clavo en el centro de cada extremo del listón cuadrado. Es importante que los clavos sobresalgan unos 2 cm por cada lado. A continuación, aísle unos 2 cm del alambre de cobre con papel de lija y suelde este extremo a uno de los clavos martillados. A continuación, se enrolla el cable de 20 a 30 veces alrededor del rodapié, de modo que pase por encima de los extremos.


En el segundo paso, aísla un pequeño trozo del otro extremo del alambre y suéldalo al otro clavo. A continuación, pinte la mitad de un clavo con la pintura no conductora para aislarlo. No pinte un anillo cuando haga esto, sino una tira de pintura en el clavo. Cuando gire el ancla, la parte aislada debe estar arriba y la parte no aislada en el otro.


En el tercer paso pasamos al rodamiento: Para ello, quite el barniz del alambre floral para doblar los rodamientos a partir de él. Enrolle el alambre dos veces alrededor de una herramienta redonda que debe ser ligeramente más gruesa que los clavos - unos 10 cm del alambre deben quedar rectos al principio y al final de la espiral. A continuación, coloque el anclaje sobre la tabla de madera y marque la posición de los clavos.

En el cuarto paso de la construcción de su motor magnético, haga dos pequeños agujeros por clavo y fije los extremos rectos del cojinete para que pueda introducir los clavos en las espirales. Coloque ahora el inducido en los cojinetes y compruebe si gira. Por último, introduce los imanes. Para ello, taladre los huecos entre los cojinetes en la madera. Asegúrese de que todos queden con el mismo polo hacia arriba.


En el último paso, corte el cable eléctrico del motor magnético por la mitad y suelde un extremo a cada uno de los dos rodamientos. Ahora inserte el inducido en los rodamientos y conecte los cables a una batería. En cuanto empuje el motor, debería empezar a girar: ¡Listo! Así de rápido puede construir un motor magnético sencillo pero no demasiado potente.

 

Conclusión

La tecnología que hay detrás del motor magnético es fascinante, pero en realidad no puede utilizarse de forma rentable. Por  un lado, el diseño de un motor de este tipo tendría que evitar que se produjeran pérdidas por fricción durante el funcionamiento y, por otro, garantizar que el motor generara energía constantemente al mismo tiempo.

Sin embargo, actualmente no se dispone de una solución técnica a estos problemas. La posibilidad de construir un motor magnético sigue cautivando a muchos juguetones y inventores y, quién sabe, tal vez de los fallos puedan derivarse soluciones para otras fuentes de energía alternativas. En cualquier caso, esperamos que en algún momento del futuro sea posible desafiar las leyes de la física y construir un motor magnético potente y de bajas emisiones.